Han transcurrido ya 30 años desde que se descatalogara la
homosexualidad del listado de enfermedades mentales de la Organización Mundial
de la Salud (OMS). 15 años después aún en España costaba que consideraran
nuestras uniones matrimonio con los mismos derechos que el resto. Las
obligaciones siempre fueron las mismas.
Es una fecha que ahora más que nunca no puede pasar
desapercibida. Marcó el hito histórico de la ciencia al lado de la diferencia y
la diversidad, del reconocimiento a lo hasta entonces considerado extravagante
y fuera de todo tipo de cánones establecidos.
En momentos de pandemia con COVID-19 no podemos olvidarnos de
otro virus que marcó a nuestra comunidad de por vida, el VIH. Virus para el
cuál a día de hoy sigue sin existir vacuna y también es bueno recordarlo.
Con el COVID 19 y el confinamiento al que nos somete el mismo
nos damos cuenta de la especial vulnerabilidad de determinados grupos sociales.
En estos momentos resurgen los estigmas, las discriminaciones y exclusiones tanto
por orientación sexual como por identidad de género ya que no siempre este
período de confinamiento se realiza con las personas que te entienden y
respetan. Los procesos de autoaceptación y crecimiento personal se ven
cercenados incluso llegando a plantearse volver al oscurantismo de los armarios
atentando contra la dignidad de la persona. La soledad no deseada se ve
acrecentada creando traumas mentales y sentimientos de culpabilidad. Los
procesos de asilo por grave riesgo de integridad física en sus países de origen
se ven paralizados. Y a todo ello debemos sumarle la precariedad económica que
no nos es ajena al no poder trabajar y por consiguiente tener dificultad para hacer
frente a los pagos mensuales de alquileres, hipotecas, suministros básicos,
alimentación…
En la “nueva normalidad” volveremos a estar como siempre al
100 %, arrimando todos los hombros, pero en la reconstrucción social posterior que
hay que realizar no puede quedarse atrás ninguna de las peculiaridades de un
colectivo tan dispar, plural y diverso.
