Hoy 14 de febrero reproducimos íntegro el reportaje publicado en Ocio en Leganés . Cuando le comunicaron a Luis que el colectivo Legaynés sería premiado este año con la máxima distinción de la ciudad, no pudo por más que llorar. Entonces, Luis recordó los inicios. Aquella primera quedada LGTB, la emoción de recibir a todos los participantes micro en mano e incluso la indignación con la que muchos se marchaban del bar cuando escuchaban ese “ Bienvenidos a la primera quedada LGTB de Leganés”.
Yo sé, que Luis sabe que Legaynés ha transformado esta ciudad, para hacerla más respetuosa y amigable. Luis y yo sabemos que muchos y muchas han cambiado sus vidas al acercarse al colectivo y ahora disfrutan felices de decidir libremente a quien aman.Pero no sé si vosotros sabéis que Legaynés también les cambió la vida a ellos, a Luis y a Santi. Un publicista y un técnico de laboratorio. Uno del barrio de las Batallas y otro del barrio de las Vírgenes que habían buscado el amor muy lejos de casa sin saber que lo tenían en el barrio de al lado.
Es un amor bonito el suyo porque creyeron en la legitimidad del matrimonio gay mientras se dirimían cuestiones legales. Es un amor tenaz, porque su boda fue de las primeras. Y salió en el diario El Mundo. Y les casó Alarico, el profesor de Santi en las Dehesillas. Y vino el primer militar de alta graduación que salió del armario en Europa. Y les acompañó Carla Antonelli. Y a los dos se les sigue iluminando la cara siete años después cuando te lo cuentan.
Así que, como Febrero es el mes del amor, espero que esta historia sirva para acercarnos a la realidad de muchas personas que aman. Y espero que este artículo valga para agradecerle a Luis todos sus esfuerzos en conseguir que hoy en día, ames a quien ames, Leganés también te quiera.
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